Cientos de culturas, cientos de comidas
Sin lugar a duda, la gastronomía es una de las puertas de entrada para conocer las diversas culturas del mundo. Empezando por Latinoamérica, México te recibe con su comida picante, una explosión de sabores en cada taco o guacamole, mientras que en Perú descubrís la riqueza de la cocina andina en la perfección de un ceviche fresco o si pasás por Argentina, no podés dejar de comer un buen asado o unas empanadas.
En Europa, la cuna de la cocina occidental, probás la pasta fresca y la pizza con tomates y albahaca de la huerta en Italia, que te hacen sentir el calor mediterráneo. En Francia, el aroma de los croissants invade las calles parisinas y en cada esquina hay una persona disfrutando de un café y una pâtisserie. Luego te trasladás a India, donde los arroces especiados, el pan naan recién horneado y los dulces llenos de cardamomo te cuentan historias de dioses.
En el sudeste asiático el pad thai de Tailandia o los currys de Camboya son un perfecto balance de sabores picantes, dulces y ácidos, y en Indonesia probás platos con leche de coco y mango. El recorrido termina en Japón, con la frescura del sushi, los fideos ramen y el umami. Para cada país del mundo, hay una comida que lo representa.
“Para mí, viajar es comer”.
Lo dice Marian La Que Cocina, una de las pasteleras más famosas de Uruguay. Una cocinera creativa, que disfruta de buscar recetas nuevas y probar platos diferentes. Ella misma lo dice, su vida ES la cocina. Y cuando puede combinar viajes y comida, su cabeza explota. No hay combinación que la haga más feliz.
La primera vez que Mariana López juntó sus dos pasiones fue hace 16 años, cuando viajó a Indonesia, Vietnam, Tailandia, Camboya y Japón en su luna de miel. Fue en una época en la que todavía no todos tenían celular y no existían las redes sociales. La desconexión total fue lo que le permitió tener una verdadera inmersión en las tradiciones, los paisajes y, por sobre todo, la gastronomía de estos países asiáticos.
La primera parada fue Bangkok, y los sabores y olores le resultaron sorprendentes. “No podía creer las combinaciones de los platos y las especias. Volví totalmente fascinada con la gastronomía y hoy en día no me imagino viajar a un lugar en donde la comida no sea relevante”, cuenta durante la entrevista. La comida del sudeste asiático la conquistó, al punto de que se convirtió en su fuente de inspiración a la hora de cocinar platos salados.
Antes de cualquier viaje que haga, Marian hace una lista de restaurantes y cafés para visitar, así como hace la lista de qué llevar en la valija. Para ella, planificar en dónde comer durante un viaje, es esencial. Cree que, de lo contrario, podés terminar cenando en restaurantes caros y turísticos, y no comer bien o te podés llevar una mala impresión de la gastronomía de un país por no haberte tomado el tiempo para elegir correctamente.
No quiere decir que al viajar siempre elija restaurantes con chefs famosos o que tengan estrellas Michelin. Si le preguntás cuáles fueron esos restaurantes en donde probó los mejores platos, son esos pequeños restaurantes familiares que no se encuentran en las calles principales. Eso le sucedió en Venecia, cuando se sentó con su marido en un restaurante chiquito que les llamó la atención mientras caminaban. Se pidió unas berenjenas a la parmigiana y de postre un tiramisú, y las recuerda como una de las mejores comidas de su vida.
Pastelería en París y Barcelona
Jetmar lanzó el primer viaje de Pastelería en Nueva York junto a Marian La Que Cocina en 2017. Desde la primera edición, el viaje fue todo un éxito, y se repitió tres años más. Estos viajes temáticos de pastelería siempre se dividen entre: conocer la ciudad y sus principales atracciones, hacer un tour de pastelerías, ir a almorzar y cenar a restaurantes recomendados que ya se reservan con anticipación, ir a espectáculos de música y teatro y, por último, hacer clases de cocina.
En mayo de este año, fue la primera edición del viaje de Pastelería en París y Barcelona y el grupo de 10 personas quedó fascinado con la experiencia. Marian y Tatiana Rébori, la encargada de Experiencias Temáticas de Jetmar, eligieron estas dos ciudades emblemáticas para la panadería y los postres y se juntaron decenas de veces a planear el viaje de la A a la Z. Además de conocer diversas panaderías y pastelerías famosísimas, donde probaron muchos croissants, macarons, eclairs, crème brûlée, tarta de queso, rolls de canela, cookies y otras delicias, tuvieron clases de pastelería en Le Cordon Bleu y Aula Canal.
Marian aclara que estas experiencias de viaje que ofrece Jetmar no están pensadas únicamente para pasteleros. “Lo que te tiene que gustar es viajar, caminar y comer”, dice, y cuenta que los grupos siempre son muy variados en edades e intereses. Los viajeros tienen que saber que en el viaje van a ir a probar millones de sabores porque además del tour de pastelerías, Marian elige restaurantes con comida de diversas culturas, algunos de Medio Oriente, India o Asia.
Además, el beneficio de este viaje grupal es que tienen todo resuelto: qué recorrer, qué actividades hacer, en dónde comer y cómo transportarse. Los viajeros solo se dedican a disfrutar. “Es cierto que viajar es un poco estresante de a momentos, pero en nuestros viajes de pastelería se nota cómo la gente se desenchufa y deja que nosotras nos encarguemos de todo”, dice Marian. Además, resalta el gran beneficio de tener el respaldo de Jetmar porque, ante cualquier problema o inconveniente, hay un grupo de agentes para solucionarlo en un instante.
¿Cómo se organizan para comprar la comida? “Hacemos una chanchita en donde cada uno pone entre 30 y 40 euros y así pueden probar muchas cosas al mismo tiempo. Compramos ciertas cosas y las dividimos entre todos. Para almorzar y cenar elegimos restaurantes de comida liviana y saludable, porque sino es mucha cosa. Hacemos la misma dinámica de pedir varios platos para compartir y la gente queda muy conforme”, cuenta Marian.
La pastelera uruguaya invita a todo el que quiera a sumarse a este viaje único que “exalta todos los sentidos”. Es mucho lo que uno termina viendo, conociendo y, obvio, degustando. Así lo remarca ella: “Si es alguien que tiene los medios económicos para ir, tiene el tiempo y le gusta conocer ciudades, caminar y comer rico, le digo que no lo dude. Es una experiencia muy diferente a viajar en familia o en pareja”.
El próximo viaje temático de pastelería será en junio de 2025, así que no dudes en consultar aquí.