Praga, Viena y Budapest, las icónicas ciudades de Europa Central, representan destinos que combinan una arquitectura deslumbrante y un panorama artístico disruptivo, con miles de actividades para disfrutar. Combinar estas tres ciudades representa un viaje increíble para cualquier edad porque la diversidad no está solo en las atracciones y en las actividades, sino también en la oferta gastronómica y hotelera para todos los presupuestos. Desde castillos antiguos que se convierten en hoteles 5 estrellas, hasta hostales que concentran a mochileros de todo el mundo.
Otro punto a favor de este viaje es la posibilidad de evitar aeropuertos y transportarse en tren, sin lugar a duda la mejor forma de recorrer Europa. Los sistemas de rieles atraviesan los campos europeos, pasando por ríos y pueblos, y eso genera que el viaje sea una atracción en sí mismo. En el caso de Praga, Viena y Budapest, las estaciones de tren son céntricas en la ciudad, por lo que te ahorras la molestia de los largos trayectos hasta tu hospedaje como sucede con los aeropuertos. Además, no necesitás llegar dos horas antes como ocurre al viajar en avión, te podés presentar en la estación 30 minutos antes de que salga el tren.
Los trenes en esta región son cómodos y reconocidos por su puntualidad y servicio de calidad. Las líneas recomendadas son ÖBB, České dráhy o RegioJet.
Praga, la ciudad de las cien torres
En Praga parece que estuvieras en un cuento de caballeros, princesas y hadas. No existe una ciudad europea tan perfecta y bien mantenida, y esto no es casualidad. La capital de República Checa ha resistido al paso del tiempo y a las guerras, inclusive a la Segunda Guerra Mundial. Hitler tenía un aprecio particular por esta ciudad checa y decidió que la ciudad no fuera objeto de bombardeos por parte de la Alemania Nazi, lo que hizo que escapara a la devastación que sufrió gran parte de Europa en el siglo pasado.
La arquitectura de Praga es una mezcla fascinante de estilos gótico, barroco y renacentista. Caminar por sus calles es como viajar a través de los siglos: desde la majestuosa Catedral de San Vito hasta los pintorescos puentes que cruzan el río Moldava. Es conocida como la Ciudad de las Cien Torres porque es compacta, con un horizonte lleno de cúpulas y campanarios. Cuando la visites, no podés dejar de probar el famoso goulash y el postre típico trdelnik.
Como tantas ciudades europeas que se reconvierten al abrir paso a las nuevas generaciones, Praga también es una ciudad vibrante y moderna con un movimiento artístico y de diseño alternativo y disruptivo, que se exhibe en las calles, galerías, mercados gastronómicos y museos de arte contemporáneo. Los checos se caracterizan por su espíritu revolucionario, que se evidenció en acontecimientos como la Revolución del Terciopelo, el cual dio fin al régimen comunista en Checoslovaquia en 1989.
Qué hacer en Praga
1. Recorrer toda la Ciudad Vieja – Tu visita por Praga comienza por este barrio central de la ciudad, con miles de calles adoquinadas peatonales y joyas arquitectónicas en cada esquina. Iniciá tu recorrido a pie atravesando la Torre de la Pólvora y seguí hasta la Plaza de la Ciudad Vieja, el corazón histórico de Praga, famosa por su Reloj Astronómico medieval que cobra vida cada hora en punto. Seguí por los alrededores y terminá tu recorrido en la Plaza de Wenceslao. En la avenida Václavské Nám están todas las tiendas de ropa de marcas internacionales y boutiques locales para hacer compras.
2. Atravesar el Puente Carlos y subir a su torre – El Puente Carlos, adornado con estatuas barrocas, es una de las estructuras más icónicas de Praga. Al cruzar el río Moldava, te transportás a otra época y te rodeas de músicos y pintores callejeros que le dan vida al puente. Lo mejor es subir hasta la torre, ubicada del lado de la Ciudad Vieja, para tener la mejor vista del puente y de todo el barrio antiguo de Malá Strana. Si el clima lo amerita, podés alquilar un bote a pedal para navegar por todo el río que cruza la ciudad y pasar por debajo del Puente Carlos.
3. Recorrer todo Malá Strana – Malá Strana, también llamado el “Barrio Pequeño”, compite con la Ciudad Vieja para ser el lugar más hermoso de la capital checa. Es una zona que mantiene su estilo medieval y en él se encuentran muchos puntos destacados como la Iglesia de San Nicolás, el Palacio de Wallenstein (a donde vale la pena entrar a ver sus jardines), el Muro de John Lennon y diversos cafés a orillas del río Moldava.
4. Subir al castillo de Praga – Este castillo antiguo es el más grande del mundo y en él vivieron emperadores, reyes y presidentes. Desde lo alto de sus muros podés contemplar una vista espectacular de la ciudad y explorar sitios como la Catedral de San Vito y el Antiguo Palacio Real. Aunque no entres a conocer su interior, vale la pena subir a verlo por fuera y apreciar las vistas.
5. Conocer la Ciudad Nueva – La Ciudad Nueva de Praga, fundada en el siglo XIV, es un área vibrante llena de tiendas, restaurantes y teatros. Caminá por sus amplias avenidas para descubrir la moderna vida praguense y no dejes de visitar la Torre Danzante que mira al río. En este barrio es donde están los mejores bares y restaurantes, como Bike7 o Kobka6 que están en los agujeros frente al banco del río Moldava.
6. Un descanso en el Parque Létna – El Parque Létna se ubica en el barrio Holešovice y una de las mejores vistas panorámicas de Praga, desde un ángulo distinto a las que ya se mencionaron. Es un extenso espacio verde perfecto para hacer una pausa en tu recorrida por esta ciudad que tiene muchísimo para hacer. Durante el verano, es un lugar popular para eventos y festivales al aire libre.
7. Tomar una cerveza en el Parque Riegrovy Sady y almorzar en Manifiesto Market de Andel – Estos dos lugares están entre los favoritos de los checos para reunirse con amigos. Desde los pastos verdes de Riegrovy Sady se ven los mejores atardeceres y el parque tiene algunos de los jardines cerveceros más populares de la ciudad. Manifiesto Market es una propuesta moderna para almorzar, tomar un café o cenar en los restaurantes en tendencia de la ciudad.
8. Elegir visitar alguno de los 50 museos de la ciudad – Praga es una ciudad en donde se respira arte, no solo de estilo clásico, sino contemporáneo y disruptivo. En la ciudad hay más de 50 museos para elegir, pero si te gusta experimentar las nuevas tendencias artísticas te recomendamos los museos DOX Center of Contemporary Art, Kampa y el Illusion Art Museum. También está el museo de Franz Kafka, quien nació en 1883 en lo que hoy es Praga y podés optar por ver una función en la Ópera Estatal de Praga.
Restaurantes y cafés recomendados
- Czech Slovak Restaurant
- Café Savoy
- Bella Vida Café
- Laboratorio della Pizza
- Vytopna Railway Restaurant
- Marthy’s Kitchen
- Vzorkovna Dog Bar
Viena, la ciudad de elegancia clásica
Pasear por la capital de Austria es como caminar por una galería de arte al aire libre, con edificios barrocos y neoclásicos que adornan la ciudad. Viena ha sido el hogar de grandes compositores como Mozart, Beethoven y Strauss, y está impronta de música clásica y elegancia se experimenta al transitar sus calles. Sitios como la State Opera House, el Palacio Imperial de Hofburg o el Parlamento reflejan una ciudad que ha sido un centro de poder, arte y música durante siglos.
En las últimas décadas, Viena también se ha convertido en un centro de innovación y creatividad. Su vibrante escena artística contemporánea refleja una ciudad que se mantiene a la vanguardia, sin perder su esencia histórica. Además, Viena es conocida por su alta calidad de vida y su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente.
Qué hacer en Viena
1. Walking tour por la ciudad vieja Innere Stadt – En Viena tenés que destinar uno o dos días para recorrer todo el barrio de Innere Stadt, en donde se encuentran la mayoría de los puntos históricos de la ciudad. Dado que son muchísimos, no es buena idea intentar ingresar a todos para conocer su interior. Los que sí o sí valen la pena son la Biblioteca Nacional de Austria que se encuentra en el Palacio Imperial de Hofburg y la emblemática State Opera House.
2. Visitar el Museumsquartier – Este complejo alberga varios museos importantes, incluyendo el Museo de Historia del Arte y el Museo Leopold. Se trata de un centro cultural donde podés disfrutar de exposiciones, eventos y cafés en un entorno artístico.
3. Paseo de compras por las peatonales Kärntner Straße, Graben, Kohlmarkt y Burggasse – Estas calles principales de Viena están llenas de tiendas de moda de marcas internacionales, boutiques vienesas y cafés para todos los gustos.
4. Café Central – Este emblemático café ha sido el punto de encuentro de intelectuales y artistas durante siglos. Disfrutá de un café vienés y una porción de torta. Las clásicas son Sachertorte (una torta de chocolate rellena con una fina capa de mermelada de albaricoque), Apfelstrudel (Una especie de hojaldre fino relleno de manzanas, canela y azúcar) o la Kardinalschnitte (un postre delicado y esponjoso hecho con capas de merengue y bizcocho de vainilla).
5. Conocer el predio del Palacio de Schönbrunn – Esta es una de las principales atracciones turísticas de Viena, como lo sería el Palacio de Versailles en París. El palacio está ubicado en la cima de un cerro, por lo que tiene una vista panorámica de la capital austríaca. No es necesario ingresar a su interior, sino aprovechar para visitar sus jardines reales con árboles y flores impresionantes, el Gloriette y el Palacio de Cristal (Palmenhaus).
6. Caminar por el mercado y la feria de antigüedades de Naschmarkt – El mercado de alimentos Naschmarkt es icónico para turistas y locales, con frutas, verduras y especias frescas, además de puestos de comida para comer algo y seguir caminando. Los sábados se monta una feria de antigüedades, en donde podés encontrar joyas, abrigos, sombreros, anteojos y otras reliquias.
7. Acostarse a tomar sol en Stadtpark – Este es un oasis verde en medio de la ciudad, famoso por su estatua dorada de Johann Strauss. Es un lugar ideal para descansar, hacer un picnic y disfrutar de la belleza natural de Viena.
8. Los edificios coloridos de Hundertwasserhaus – Este conjunto de edificios fue diseñado por el artista Friedensreich Hundertwasser y tiene una arquitectura totalmente novedosa que contrasta con los edificios más tradicionales de Viena. Vale la pena transportarse hasta el distrito Landstraße para verlos en persona porque son un ejemplo de creatividad e innovación.
9. Un rato de diversión y adrenalina en el Parque Prater – Este parque de diversiones es histórico en Viena y es una opción divertida si viajás a la ciudad con amigos o en familia. Su famosa noria, el Wiener Riesenrad, tiene vistas impresionantes de la ciudad desde una altura de más de 60 metros y el parque también tiene varias montañas rusas y juegos de mucha adrenalina.
Restaurantes y cafés recomendados
- Demel
- Figlmüller
- Neni am Naschmarkt
- Sacher Café
- Plachutta
- Tian Bistro am Spittelberg
Budapest, la perla del Danubio
La capital de Hungría es una ciudad de contrastes fascinantes. Dividida por el río Danubio, Budapest se compone de dos partes: Buda, con sus cerros y palacios, y Pest, con una vida urbana bulliciosa y su escena cultural dinámica. La historia de Budapest es rica y compleja, marcada por invasiones y conquistas. Desde los romanos hasta los otomanos y los Habsburgo, cada imperio ha dejado su huella en la ciudad. Esta mezcla de influencias se refleja en su arquitectura, que va desde ruinas romanas y sinagogas hasta palacios barrocos y edificios art nouveau.
Budapest es famosa por sus baños termales, que han sido una parte integral de la vida de la ciudad desde la época romana. Los baños Széchenyi y Gellért son dos de los más conocidos y ofrecen un rato de relajación en medio de una visita turística ajetreada. Además, la ciudad tiene una próspera escena de bares en ruinas, con lugares como Szimpla Kert, que reflejan el espíritu transgresor de los húngaros.
Qué hacer en Budapest
Dedicá al menos un día entero para Buda y otros dos para Pest.
1. Cruzar caminando el puente Széchenyi Lánchíd – Este icónico puente colgante conecta Buda y Pest y es una de las vistas más reconocibles de la ciudad. Caminá por el puente al atardecer para disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad iluminada o atravesarlo por abajo al hacer un paseo en bote.
2. Un viaje por la historia de Budapest en el Castillo de Buda – Este castillo fue construido en el siglo XIII por el rey Béla IV con el fin de proteger a Budapest de las invasiones mongolas. A lo largo de los siglos, el castillo ha sido testigo de numerosas reconstrucciones y cambios de estilo, desde el gótico hasta el barroco y hoy en día es el hogar de varios museos, incluida la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. El paseo por sus jardines y patios es un gran recomendado al visitar la ciudad.
3. Perderse por los recovecos de Fisherman’s Bastion y la Iglesia de San Matías – Desde la cima de este predio hay vistas espectaculares del río Danubio, el Parlamento y el resto de la ciudad. Tanto Fisherman’s Bastion como la Iglesia de San Matías tienen una arquitectura neogótica y neorrománica que es muy particular y los convierte en dos puntos muy memorables.
4. Sentarse a ver Budapest desde las alturas en Citadella – La mejor vista de Budapest se consigue si subís al fuerte histórico de Citadella, en la colina Gellért. Aprovechá para sentarte un buen rato con los pies colgando y observá toda la ciudad.
5. Conocer los baños turcos de Gellért – Estos baños turcos son una opción menos concurrida en comparación con Széchenyi, que tiene grandes piscina al aire libre. Los baños termales de St. Gellért son famosos por sus mosaicos y arquitectura Art Nouveau, que hace que te sientas en otra época mientras hacés esta actividad relajante. El lugar cuenta con varias piscinas termales y medicinales adentro y afuera, que son alimentadas por fuentes naturales.
6. Una visita guiada por el Parlamento de Hungría – Este edificio neogótico es uno de los parlamentos más grandes del mundo y si estás indeciso con respecto a cuál monumento histórico de Budapest visitar desde dentro, te recomendamos que elijas este. Hacé una visita guiada a través de sus salas de lujo y conocé la historia política de Hungría.
7. Experiencia sensorial en el Central Market Hall – Este mercado cubierto es un lugar característico de Budapest, en donde podés comprar quesos y embutidos artesanales, mix de especias, chocolates, ropa y otras artesanías húngaras. Al recorrer este galpón enorme, uno tiene una experiencia auténtica de las tradiciones de Budapest, con una mezcla de olores, texturas y sonidos.
8. Visitar el ecléctico castillo de Vajdahunyad – Este castillo, ubicado en el Parque de la Ciudad, fue construido en 1896 como parte de la celebración del Milenio de Hungría, con el propósito de exhibir los estilos arquitectónicos más significativos del país. Sus alrededores son hermosos, con muchos árboles, estanques, puentes y la vista del lago Városligeti-tó, que en invierno se convierte en una pista de patinaje sobre hielo.
9. Noche de copas en los bares en ruinas – Los bares en ruinas representan la cultura underground de Budapest, con piezas de arte disruptivas, esculturas absurdas y grafitis en las paredes. Szimpla Kert, el más conocido de ellos, concentra a jóvenes locales y a turistas y ofrece una gran variedad de cervezas y cocktails.
Restaurantes y cafés recomendados
- Café Nueva York
- Gerbeaud
- Hungarikum Bisztró
- Mazel Tov
- Kiosk Budapest
- STIKA
- Szimply
Preguntas frecuentes
- ¿Cuánto tarda el viaje al destino desde Uruguay? Entre 15-17 horas dependiendo de a cuál ciudad llegues.
- ¿Cómo se llama la moneda local y cuál es el cambio a dólares? Praga: Corona Checa (1 USD = 22 CZ) / Viena: Euro (1 USD = 0.85 EUR) / Budapest: Florín Húngaro (1 USD = 360 HUF).
- ¿Cuál es el idioma oficial? Checo, alemán y húngaro respectivamente.
- ¿Cuál es la población del país? República Checa: 10.7 millones / Austria: 8.9 millones / Hungría: 9.6 millones.
- ¿Cuál es la mejor época del año para viajar? Primavera (abril-junio) y otoño (septiembre-octubre) son ideales por el clima agradable y menos concentración de turistas.
- ¿Se exige Visa para ingresar al país? Los ciudadanos uruguayos pueden ingresar a estos países por un plazo de 90 días sin necesidad de tramitar una Visa.