Latinoamérica es la región del mundo con la mayor diversidad de paisajes: tiene selvas, bosques, montañas, glaciares, islas volcánicas, salares, pantanos y costas escarpadas. Además, alberga el 40% de la biodiversidad de la Tierra, con especies únicas de animales y plantas como el jaguar, la tortuga gigante, la anaconda, el delfín rosado, el cactus o las orquídeas.
En Latinoamérica se encuentra desde la inmensa selva tropical del Amazonas, que regulan el clima global, hasta los glaciares colosales de la Patagonia, el desierto más seco del mundo o las inigualables Islas Galápagos, que inspiraron la teoría de la evolución de Charles Darwin.
Podríamos estar toda una vida descubriendo cada uno de los destinos naturales de nuestra región, lugares que te vuelan la cabeza y que te hacen apreciar las maravillas de la naturaleza. Sin embargo, el tiempo es finito y por eso te queremos recomendar siete destinos para que empieces a conocer tu continente en 2025.
1. Argentina: Parque Nacional Los Glaciares
Este parque es un monumento natural al poder del hielo y en él se encuentra el famoso glaciar Perito Moreno. A diferencia de la mayoría de los glaciares del mundo, que están retrocediendo debido al cambio climático, el Perito Moreno –de 5 kilómetros de ancho y 70 metros sobre el nivel del lago– es uno de los pocos que se mantiene estable y sigue avanzando, lo que lo convierte en un fenómeno natural único y en objeto de estudio científico.
El Parque Nacional Los Glaciares está ubicado en la provincia de Santa Cruz, en Argentina, y abarca 600.000 hectáreas de bosque, picos andinos y lagos de agua turquesa. Para llegar desde Montevideo volás a El Calafate con escala en Buenos Aires y desde ahí podés salir en una excursión (se ofrecen muchas) o explorar el parque por tu cuenta. El Calafate está a 40 minutos del parque nacional. Para visitar el Perito Moreno se hacen excursiones en barco por el Lago Argentino que duran unas dos horas.
2. Chile: Valle de la Luna en el Desierto de Atacama
El Desierto de Atacama es el lugar más árido del planeta y en él se encuentra el imponente Valle de la Luna. El paisaje en este valle es surrealista: extensiones de salares blancos que contrastan con el cielo azul y los tonos dorados y rojizos de la roca sedimentada que parecen ser de Marte. Además, la claridad del cielo nocturno en Atacama es algo nunca visto, y lo que lo convierte en uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica.
Haciendo base en San Pedro de Atacama, podés visitar otros lugares destacados del norte de Chile como el Salar de Atacama, Las Termas de Puritama, Las Lagunas de Baltinache, el Valle del Arcoíris, el Géiser del Tatio, la Garganta del diablo —un paseo que es recomendable hacer en bicicleta— y la Laguna Cejar. En Jetmar ofrecemos tours guiados con transporte incluido para visitar todos estos sitios.
3. Chile: Parque Nacional Torres del Paine
En la Patagonia chilena, en la región de Los Lagos, se halla un espectáculo de cumbres rocosas, glaciares, bosques de lengas y lagos esmeralda que son habitados por especies únicas como guanacos, ñandúes y pumas. El Parque Nacional Torres del Paine, se destaca por miradores alucinantes como el Mirador Base de las Torres, el Mirador Valle de los Perros, Mirador Lago Sköttsberg o el Mirador Grey.
Este parque nacional es un paraíso para los amantes del trekking, con muchas opciones de circuitos muy bien señalizados. A lo largo de los senderos principales hay varios refugios para alojarse con todos los servicios básicos, aunque es necesario reservar con antelación porque los cupos son limitados. También hay zonas para acampar, con baños y cocinas compartidas. Algunas zonas de camping son gratuitas y otras pertenecen a empresas privadas. Podés recorrer Torres del Paine solo o contratar un tour grupal de varios días.
Para llegar hasta allá tenés que tomar un vuelo desde Montevideo hasta el Aeropuerto Teniente Julio Gallardo (a 100 kilómetros de Torres del Paine), haciendo escala en Santiago de Chile y Puerto Montt. Otra opción es combinar El Parque Nacional Los Glaciares en la Patagonia Argentina con Torres del Paine, con una distancia de 360 kilómetros que se puede hacer en bus.
4. Bolivia: Salar de Uyuni
El salar de Uyuni, en el suroeste de Bolivia, es considerado una de las vistas más destacadas del mundo. Se trata del desierto de sal más grande de la Tierra, que se extiende como un espejo gigante en la altiplanicie boliviana. Tiene una superficie de 10.600 kilómetros cuadrados y es producto de los lagos prehistóricos que se evaporaron tiempo atrás y dejaron una corteza de sal que se extiende hacia el horizonte.
Para conocer el salar, es imprescindible hacerlo con un tour, que salen desde tres lugares: Uyuni –a 24 kilómetros del salar–, Tupiza –a 267 kilómetros del salar– o desde San Pedro de Atacama en caso de que quieras combinar Chile con Bolivia. Además de bajar a caminar por el salar, los tours pueden integrar otras paradas como la Isla Incahuasi, una isla llena de cactus gigantes y vistas espectaculares de 360 grados del salar, o la Reserva Eduardo Avaroa, en donde hay atracciones como la Laguna Colorada, Géiseres Sol de Mañana, el Desierto de Dalí y las Termas de Polques.
5. Brasil: Archipiélago Fernando de Noronha
Se dice que el navegante y explorador italiano Américo Vespucio exclamó “¡Esto es el paraíso!”, cuando en 1503 divisó desde el mar estas tierras exóticas. Hoy en día, el conjunto de 21 islas de Fernando de Noronha siempre están en el ranking de las islas más hermosas del mundo y en 2014 fue nombrada la mejor isla del mundo por TripAdvisor en los premios Travellers’ Choice. Se trata de un destino exclusivo, que busca la preservación ambiental porque es considerado un Parque Nacional Marino, y que por eso tiene un cupo máximo de 250 visitantes diarios en promedio.
Lo que hace que este conjunto de islas sea tan alucinante es su paisaje volcánico con acantilados rocosos, sus bahías amplias de aguas cristalinas y la vida marina que alberga. Haciendo snorkel a pocos metros de la playa es común ver tortugas marinas, tiburones, mantarrayas y una gran variedad de peces, y si hacés alguna excursión de buceo lo tenés asegurado. Entre las playas más destacadas se encuentran Praia do Sancho, también considerada una de las mejores del mundo, con arena blanca y rocas que emergen desde el mar turquesa.
Si querés viajar a Fernando de Noronha, tenés que hacer las reservas con antelación y eso incluye pagar la Tasa de Preservación Ambiental y la entrada al Parque Nacional Marino. Para llegar tenés que tomar un vuelo desde Montevideo a Fernando de Noronha con dos escalas, una en San Pablo y otra en Recife.
6. Perú: Machu Picchu
La ciudadela inca de Machu Picchu sigue siendo uno de los lugares más místicos del mundo y tiene un paisaje que se ha convertido en una de las postales de todo Latinoamérica. Estas ruinas indígenas se encuentran a 2.400 metros de altura y están rodeadas por las montañas de los Andes, con pueblos andinos tradicionales y muchas llamas y alpacas. Lo más común es que tu viaje comience por Cusco, la antigua capital del Imperio Inca, que hoy tiene una mezcla única de arquitectura inca y colonial rodeada por montañas.
Hay muchas formas de conocer Machu Picchu, pero la más popular es saliendo desde Cusco en un tren de vistas panorámicas que sigue el curso del Río Urubamba y tiene una duración de tres horas. En el tren llegás a Aguas Calientes, el pueblo base para subir hasta Machu Picchu, y desde ahí se puede subir en un ómnibus que tarda media hora o hacer la caminata empinada durante unas dos horas. Una vez arriba, un guía lleva al grupo en un recorrido por las principales estructuras del sitio: la Plaza Sagrada, el Templo del Sol, la Casa del Guardián y el Intihuatana.
La otra opción es hacer el Camino Del Inca en un tour grupal, un trekking que suele durar unos cuatro días. El punto de partida es el Kilómetro 82, cerca del pueblo de Ollantaytambo, y desde ahí los senderos llevan a los viajeros a través de antiguas ruinas incas, bosques nubosos y paisajes montañosos, acampando en zonas destinadas hasta llegar al amanecer a Machu Picchu por la Puerta del Sol.
7. Costa Rica: Parque Nacional Manuel Antonio
Costa Rica es un destino que alberga el 6% de la biodiversidad del mundo y el 25% de su territorio está protegido con 32 parques nacionales para conocer. En este país viven especies exóticas como el ave Quetzal —el símbolo nacional—, la rana de cristal, con su piel traslúcida, o el famoso perezoso. Hay muchos lugares destacados en Costa Rica y es un destino que se puede recorrer de forma fácil haciendo un roadtrip o contratando excursiones, pero el lugar más popular para combinar playa y selva es el Parque Nacional Manuel Antonio, a tres horas de la capital.
El parque cuenta con varios senderos bien marcados que te llevan a través de la densa selva, donde es común encontrar monos aulladores, monos cara blanca, perezosos, iguanas y una gran variedad de aves y mariposas. Es recomendable contratar un guía que lleva un monocular que facilita el avistamiento de animales. Pero más allá de la selva, Manuel Antonio tiene una de las mejores playas de Costa Rica, con arena blanca, agua transparente, buenas olas para hacer surf y atardeceres que te van a quedar grabados en la memoria.
Además del Parque Nacional Manuel Antonio, te recomendamos que visites la Reserva Monteverde, donde está la tirolesa más larga del mundo, además de cascadas y senderos selváticos, y también el Parque Nacional Arenal, que alberga el volcán Arenal.
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